miércoles, 28 de marzo de 2012

Esperar en el único camino

Después de varios meses… que se hicieron años, buscando algo que no sabía que era, con lámpara y lupa, como un investigador o un arqueólogo, casi como un pirata sin mapa del tesoro… Así iba por la vida y cada cosa me sugería que algo no funcionaba bien, pero no sabía qué, podía haber gente y sentirme en soledad, podía tener todo pero sentirme de manos vacías, tener vida y sentir que no la vivía… yo siempre terminaba arreglando mi cabello y buscando dietas mágicas, o algunas actividades extra que ocuparan el espacio vacío, así pues buscaba Amor y llenaba el hueco con falsas amistades, y falsas relaciones…
Sin expectativas de nada porque me apegue a pensar en esa vieja frase “El que nada espera, de nada será defraudado…” qué razón tendría para el mundo terrenal ese decir…
Sin embargo, seguí en el camino, realizando pequeños cambios que aunque buenos no compensaban… y topando con muchas personas tan diferentes una de otra, algunas aportaron en mucho y se quedaron, otras pasaban sin luz ni sombra, pensé tantas veces que cada quien va a su propio rumbo sin voltear a ver el paisaje, aunque no sepan cual es su objetivo caminaban a prisa, yo empezaba a caer entre esa multitud, igual que ellos no sabía lo que iba a conseguir con pasos gigantes.
Cuando me hacía la pregunta a mi misma ¿Porqué no soy Feliz?... cuestionando siempre; Por qué no tengo la pareja ideal, porque no tengo el estatus económico o social, porqué no recibo lo que creo merecer, porque, porque…
De manera irónica solo ves “porqués” cuando tienes mucho que agradecer. Incentivando la falta de Fe y de amor fui uno más. Con miedo de perder lo poco que tenia, evaluando lo que no tenía valor, tan solo perdiendo y perdiendo… el tiempo que no se detiene y exige acción…
Conocí personas cerca de la muerte y en la enfermedad extrema, me compadecí y eso tocó mi corazón, valoré que todos los días veo, hablo, camino, gozo de total salud, vi los pies sin calzado y entendí que mis zapatos eran demasiado para mí… Pero conocí gente sin Fe que perdió todo y ahora pide… entendí que ahí estaba yo en ese mismo estado, y algo dentro de mi me estaba exigiendo un cambio, todo me invitaba a buscar algo que me llenara, que no fuera comida, que no fuera bebida, que me fortaleciera y no fuera solo el ejercicio físico, que me sirviera de crecimiento más que de distracción para dejar de caer en el ocio, que fuera más allá de lo que yo hacía porque sabía que no era suficiente.
Un buen día guiada por circunstancias hice caso a esas corazonadas y decidí enrutarme, entonces me encamine con maleta en mano, estaba emocionada pues esperaba magia sucediendo como fuegos artificiales y en ocasiones dudé del plan pensando que podría salir decepcionada… Sin embargo, esa vocecita cuchicheaba en mi oído insistentemente algunas veces pensé estar loca, entonces sabía que era Él que me estaba hablando, y que yo no entendía su idioma porque nunca me detuve a leerlo y escucharlo con total atención, que me habló varias veces mediante personas que me daban buen consejo, que me abrazó varias veces con el abrazo sincero de mi familia y amigos, que cada brisa era Él… Me dijeron: “Créetela… hermana!”, dije: “Ok, venga! Sin miedo!, si eres Tú realmente me daré cuenta”, aunque preocupada porque si no lo era y yo esperaba algo de Él es probable que mi corazón se quebraría en pedazos… después de eso lo segundo que entendí es que debía alejarme de lo que me distraía de hoy porque solo dejando atrás a la persona que yo era podría dejar la historia de mi pasado en donde está ahora: En el Pasado!.
Escuché alguna vez que la única forma de empezar de nuevo es perderlo todo pero me faltaba valor para eso.
Pero “Valor”, ¿quién lo tiene?, los soldados?, los policías? Los bomberos?...
Un día nací de mi madre y ella fue valiente al traerme al mundo… ella me puso el ejemplo igual que mi Madre María, que el Amor va mas allá de lo que significa en el diccionario, y por Amor el Valor surge.
Lo que sucede que yo no sabía Amar verdaderamente.
Entonces en mi encuentro con el Señor, conocí ese Amor al entregarse por mí, por todos nosotros, lo maravilloso que ha sido conocerlo me llenó… y me enamoré profundamente, sentí un abrazo y palabras hermosas… fue sorprendente y no se puede explicar, mi corazón si se quebró pero no todo, solo las partes duras… como el corazón de la comunidad de Israel.
El Señor nuestro Dios, sopló en mí, tal como lo hizo el día que fui concebida, me llenó de Amor y de Gracia, el espíritu fluyó, Sí! es cierto… en mi fluye como alegría, me hace sonreír y sentirme fuerte… y perderlo todo resulta en ganarlo todo, no es un juego de palabras, de esta vida nada es mío.
Ese mismo día me hicieron trasplante de corneas para ver de manera distinta, y me quitaron lo que no funcionaba en mi corazón, ¿Qué pasó?... un milagro en mí aparte de todas las bendiciones que recibo diario.
¿Lo merezco?. Él decidió que Sí!, que yo lo valgo porque Él me Ama, que lo merezco porque Él me nombró, y yo no hice nada… sólo me arrojé a tener Fe, lo siguiente es para el resto de mi vida.
Cada vez que escuché o dije “Nada es por casualidad” nunca tuve la convicción de lo que eso significaba, incluso cuando decía “Esperemos en Dios”, Esperar en Dios era para mí una de tantas cosas que dices un día sin detenerte a analizar que significan realmente. Era como decir “salud!” cuando alguien estornuda... yo lo dije tantas veces sin ninguna Fe ni confianza en ello.
Ahora es que lo entiendo. Esperar en Dios es esperar en su camino, es creer en la palabra de nuestro Señor Jesucristo, es Confiar sin reserva, Amar sin distinción, Aportar a la humanidad empezando por mi casa, Ser ejemplo vivo, Actuar y Vivir en el bien SIEMPRE y sin duda… ese es el Único Camino que me lleva a Jesucristo, después, sin duda descansar a los pies del Señor.


Entonces decidí ser merecedora de todo lo que mi Padre Dios me da… ¿Cómo?, Siguiendo el único Camino.

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